La alegría de quedarse embarazada, de compatirlo, de proyectar una nueva vida, llena de proyectos e ilusiones, pero también es un reto de vida.
Hasta que somos madres/padres no descubrimos lo nuevo que es este viaje y cuántos son los retos que esto nos traerá.
A veces estamos listos para recibirlos y gestionarlos, a veces nos hundimos y desfallecemos pensando, incluso, cómo se nos ocurrió enzarzarnos en esta desafiante tarea de hacer de madres-padres.
¿Por qué es difícil educar a nuestros hijos? Lo que dije que no diría/haría…
Ladrillos hemos pasado, como bebés y niños, por todas las etapas y retos por donde pasarán nuestros hijos. Nuestra experiencia en cada una de las etapas y retos que van apareciendo (el llanto, las rabietas, el sueño, los límites…) es la que nos permitirá poder o no gestionarlos.
¿Cómo fue para mí cuando hacía una rabieta? ¿Qué herramientas utilizaron para gestionar mi intensidad cuando lloraba o cuando me enfadaba? ¿Cómo son mis propios límites como adulto?
Cuando te preguntas esto como adulto, reconoces que éstas son, de entrada, las herramientas y aprendizajes de los que dispongo en la crianza de mis hijos. Y no siempre son las respuestas que yo quisiera dar a mis hijos. Lo que me prometí que no diría, que nunca haría cuando tuviera hijos… de repente, en un momento de aquellos difíciles, estresantes y donde todos estamos cansados, surge esa manera de hacer o aquellas palabras que no quería decir, con todas las letras.
Soporte, herramientas y permiso para equivocarse
Como adultos, somos los responsables de gestionar los retos y dificultades en la crianza y la educación de nuestros hijos. Los bebés y niños están aprendiendo de nosotros, y nosotros nos damos cuenta de que necesitamos más herramientas y sobre todo más capas de apoyo para poder verdaderamente realizar una crianza saludable, creando vínculos sanos y libres de nuestra historia y nuestras proyecciones. Al mismo tiempo, se necesitan espacios para nosotros, como adultos, para compartir y crecer con otros adultos que pasan por la misma etapa vital, y no sentirnos solos y desorientados en esta etapa. Hay permiso para equivocarse, todos estamos aprendiendo, pero es el adulto quien debe buscar herramientas y apoyo para que los bebés y niños puedan crecer y desarrollarse plenamente.
Ayudar al adulto a reparar e integrar su historia y experiencia propia, para que ésta no se escoja en nuestras experiencias vitales actuales, es la forma de diferenciarnos de cómo fue por nosotros, y poder elegir y hacerlo de la forma que realmente queremos hoy con nuestros hijos y nuestra familia.
Así evitaremos que la historia se repita y nuestros hijos se hagan cargo de nuestras proyecciones y carencias, como tuvimos que hacer nosotros cuando éramos niños.
Os ofrecemos un espacio para usted, aprendiendo juntos.
La entrega que nos pide la maternidad, el aprendizaje que nos ofrece todos los días, no la encontraremos en ninguna otra experiencia de vida. El amor y la incondicionalidad de la crianza nos hace descubrir lo más bonito y más difícil de nosotros y de nuestros hijos. Acompañar a las parejas y madres a andar desde un lugar de recursos, sin juicio, y con herramientas para hacer crecer a la familia, es la tarea de todos los que nos dedicamos a la crianza saludable. Sabemos que si sostenemos el vínculo que se crea desde el inicio (y antes), la familia y los bebés crecerán y florecerán, y esto hará sociedades más felices, tolerantes y cooperantes.
Apoyar la crianza y los vínculos saludables, es una responsabilidad que disfrutamos desde el espacio Baobab de nuestra Clínica y que trabajamos con las familias y adultos con Terapia Pre y Perinatal y en dinámicas grupales de apoyo a través de los CIRCULOS de CRIANZA , espacios de encuentro y espacios para ofrecerle herramientas y recursos a todas las familias con ganas de hacer una crianza saludable y consciente.
Pide más información aquí si quieres venir a conocer nuestros CIRCULOS de CRIANZA