Solemos decir que las vacaciones son por desconectar: de las rutinas, de los horarios, del ambiente laboral, de las obligaciones…Yo insisto a mis pacientes que es un tiempo para RE-conectar.
Pienso que las vacaciones, y este tiempo veraniego que nos da más espacio externo e interno, para nosotros y para cuidar las amistades, las diversiones y lo que nos hace disfrutar, es justamente un tiempo para RE-conectar. Un tiempo para volver a conectar con de todo lo que somos, y que la vorágine del día a día, y el hacer y hacer, nos va apagando hasta que nos olvidemos de nosotros mismas, de la conexión, de sentirnos, de escucharnos, de amar -nos. Hablo de ti con los demás, pero hablo sobre todo de ti contigo misma, y de ese espacio pélvico que nos conecta también con nuestra esencia más allá de músculos y tejidos.
El verano es un buen momento para oír tu espacio pélvico. Vamos más ligeras de ropa, de capas que le protegen, lo esconden… Sentimos el cuerpo más cercano, puede respirar y moverse libremente. Y tenemos mayor conexión con la naturaleza, los baños de sol, de mar e incluso de luna.
No sé cómo ha sido el verano para ti. ¿Has conectado con tu suelo pélvico? ¿Has oído tu vulva, tu vagina, tu útero? ¿Has vivido cuidando y consciente de esa zona en tus movimientos? tus baños? tu sexualidad? ¿Has oído la Tierra en los pies y con el tronco, tu postura, tu eje, tu respiración…?
¿Quizás sufres alguna disfunción que te ha condicionado esta aparente frescura del verano? ¿Quizás pierdes orina o tienes incontinencia anal y el verano es un momento especialmente comprometido porque te expone más y te hace sentir insegura? ¿Quizás has descubierto la sexualidad en un amor de verano? ¿Quizás ha llegado el ciclo menstrual y has descubierto la ciclicidad? ¿O quizás te has dado cuenta de que el climaterio se ha hecho pesado con sofocos en plena canícula? ¿O quizás has variado demasiado tu alimentación y el exceso de fruta y tomate te ha irritado las mucosas y has notado más sequedad vaginal? o ¿ha irritado la zona anal despertando una fisura o unas hemorroides?
El verano debería ayudarnos a estar más presentes y cuidadosas de nuestro suelo pélvico, pero mi experiencia clínica también me refleja lo contrario.
Viajes y actividades que nos agotan, familia y menos ratos para dedicarnos, más encuentros con amigos, pero menos cuidado con la alimentación, el gimnasio o las clases regulares de abdominales y ejercicios pélvicos pospuestas hasta el septiembre. Todo queda un poco más disperso y abierto, y suele ocurrir que lo que parecía estar mejor… empeore. ¡Encontrar el equilibrio no siempre es fácil! ¡Y pasamos tantos meses con obligaciones que es placentero darnos espacio y eso también nos ayuda a ser nosotros mismas! ¡Nunca la culpa aquí!
Si te das cuenta, toda nuestra vida convive con el suelo pélvico. Forma parte fundamental de nosotros, puede condicionarnos y por eso es necesario cuidarlos.
Desde un lugar consciente, te invito a preguntarte cómo ha sido el verano para ti con tu suelo pélvico, y sobre todo, sin culpa, escuchar y pensar qué quieres para ti y por tu suelo pélvico el próximo curso.
Si no lo sabes o nunca te lo habías planteado, puedes venir y lo descubrimos juntas. que puedes consultar aquí .
Foto de Luke Dahlgren en Unsplash